La rosácea es un trastorno de la piel crónico (a largo plazo) generalizado pero mal entendido que afecta a más de 16 millones de estadounidenses. No hay cura para la rosácea, pero se puede controlar. Los síntomas pueden incluir enrojecimiento facial, espinillas y quistes, engrosamiento de la piel e irritación ocular. Se cree que las personas de piel clara o que se sonrojan con facilidad corren mayor riesgo. Las terapias médicas, como los medicamentos tópicos, los antibióticos orales y la terapia con láser, pueden controlar y limitar la progresión y mejorar la apariencia de la rosácea.